Su mirada siniestra recorría todo el pasillo, sin detenerse en aquellos pequeños detalles que cubrían las paredes, aquellos cuadros raídos abandonados desde hace mucho o aquellos candelabros caídos sobre la alfombra que brillaban tenue mente bajo la luz que se colaba por la ventana.
Sus pasos rápidos resonaban cruelmente entre la oscuridad, aquel frenesi que escondía tras sus ojos a cada instante que transcurría se intensificaba, buscando desesperadamente. Su cuerpo aun cubierto de sangre, no mostraba signos de cansancio... y su mente, los ecos de las voces en quienes había vertido su propio sangre parecían gritar entre ellas buscando ser escuchada alguna en especial. La poca cordura que parecía quedar en el se mantenía aferrada a aquellos gritos, a aquellos pasos fríos y rápidos con los que recorría la mansión, a ese frío estremecedor que calaba cada milímetro de su piel y aun ello incitándolo a seguir; cual fiera en busca de su presa.
Pronto sus pasos se detuvieron y su mirada se fijo en aquella gran puerta de madera. Sus latidos parecían querer atravesarlo, y su respiración se detuvo por apenas unos instantes antes de cruzar las puertas con un grave sonido de estas al ser abiertas. Sus manos tentaron la espada que sujetaba firmemente desde hace unas horas, sus nudillos se tornaban blancos debido a la fuerza con la que la sujetaba.
Entonces lo vio, de pie muy cercano a la ventana. Aquel rostro impávido se encontraba nuevamente allí, lo odiaba ... deseaba destrozarlo lentamente con sus propias manos; aquella espantosa perfección que lo cubría como todos de su especie.
Las calles frías y oscuras, confudiendose entre las sombras la existencia del inmortal. Aquel ser de apariencia mortal, quien con la sed insaciable que lo caracteriza recorre la ciudad...
martes, 20 de diciembre de 2011
miércoles, 14 de diciembre de 2011
†. Agonía .†
Hace mucho que había vencido aquella guerra que todo ser sufre de manera inconsciente, vencí el temor a la muerte... aquel día en el que todo parecía haber llegado a su fin...
Siempre considere a la muerte como parte necesaria de la vida, parte de aquella existencia que muchos amaban y odiaban pensar que alguna vez llegaría a su fin... encontrar a alguien quien aceptar su muerte con una sonrisa sobre su rostro mostraba un signo claro de locura para aquella época...
Cuantas veces lo había visto, muerte y desolación... aquella que venia silenciosa y tomaba en sus manos las vidas de los que me rodeaban y dejando en llanto a muchos mas. Pero había algo que no lograba cambiar... y era el miedo en el mismo instante... aquel terror que lograbas sentir cuando te encontrabas al limite de abandonar por siempre la vida que posees...
Cuando aquel puñal logro atravesar mi cuerpo, sentí su fría hoja y el abrumador dolor instantáneamente... pude observar como mis ropas se teñían de un rojo carmesí en escasos segundos y como comenzaba a brotar la sangre cuando el puñal fue retirado...
Caí abruptamente contra el suelo, sintiendo un liquido cálido que cubría mi espalda y avanzaba lentamente cubriéndome... era mi sangre y lo sabia... escuchaba pasos rápidos que luchaban por alejarse lo mas pronto posible, estaba allí sola... el olor de la madera de pronto parecía haberse vuelto mas fuerte, y el aroma de la sangre se elevaba a cada instante...
El frío lograba cubrir mi cuerpo poco a poco, impidiéndole siquiera moverse... Cerré mis ojos con la poca fuerza que me quedaba, mi mente desesperada buscaba algo que me conectara con aquella escena... sentir el duro suelo, escuchar algún ruido, mover tan siquiera alguna parte del cuerpo... pero todo aquella era tan lejano...
Un gran abismo parecía abrirse llevándome con el, girando lentamente mientras era absorbida en aquella oscuridad. Podía imaginar como me veía, como mi cuerpo caía sin prisa alguna mientras el dolor agudo desaparecía... en realidad todo desaparecía...
No recordaba rostro alguno, alguna escena de la vida que habría llevado, ni siquiera un nombre que me identificara...tan solo me encontraba allí cayendo en una fría oscuridad que extrañamente brindaba mas paz de la que hubiera imaginado alguna vez... no deseaba escapar... no deseaba quedarme... no podía desear nada, solo quedaba mi mente la cual deseaba dormir... descansar...
Pero que lejana era esa idea... cuan lejana era la idea de haber logrado sentir a la muerte... pues en lo que me pareció una larga eternidad, abrí mis ojos en una noche donde la luna se encontraba de un rojo carmesí... y una extraña sed recorría mi garganta...
Siempre considere a la muerte como parte necesaria de la vida, parte de aquella existencia que muchos amaban y odiaban pensar que alguna vez llegaría a su fin... encontrar a alguien quien aceptar su muerte con una sonrisa sobre su rostro mostraba un signo claro de locura para aquella época...
Cuantas veces lo había visto, muerte y desolación... aquella que venia silenciosa y tomaba en sus manos las vidas de los que me rodeaban y dejando en llanto a muchos mas. Pero había algo que no lograba cambiar... y era el miedo en el mismo instante... aquel terror que lograbas sentir cuando te encontrabas al limite de abandonar por siempre la vida que posees...
Cuando aquel puñal logro atravesar mi cuerpo, sentí su fría hoja y el abrumador dolor instantáneamente... pude observar como mis ropas se teñían de un rojo carmesí en escasos segundos y como comenzaba a brotar la sangre cuando el puñal fue retirado...
Caí abruptamente contra el suelo, sintiendo un liquido cálido que cubría mi espalda y avanzaba lentamente cubriéndome... era mi sangre y lo sabia... escuchaba pasos rápidos que luchaban por alejarse lo mas pronto posible, estaba allí sola... el olor de la madera de pronto parecía haberse vuelto mas fuerte, y el aroma de la sangre se elevaba a cada instante...
El frío lograba cubrir mi cuerpo poco a poco, impidiéndole siquiera moverse... Cerré mis ojos con la poca fuerza que me quedaba, mi mente desesperada buscaba algo que me conectara con aquella escena... sentir el duro suelo, escuchar algún ruido, mover tan siquiera alguna parte del cuerpo... pero todo aquella era tan lejano...
Un gran abismo parecía abrirse llevándome con el, girando lentamente mientras era absorbida en aquella oscuridad. Podía imaginar como me veía, como mi cuerpo caía sin prisa alguna mientras el dolor agudo desaparecía... en realidad todo desaparecía...
No recordaba rostro alguno, alguna escena de la vida que habría llevado, ni siquiera un nombre que me identificara...tan solo me encontraba allí cayendo en una fría oscuridad que extrañamente brindaba mas paz de la que hubiera imaginado alguna vez... no deseaba escapar... no deseaba quedarme... no podía desear nada, solo quedaba mi mente la cual deseaba dormir... descansar...
Pero que lejana era esa idea... cuan lejana era la idea de haber logrado sentir a la muerte... pues en lo que me pareció una larga eternidad, abrí mis ojos en una noche donde la luna se encontraba de un rojo carmesí... y una extraña sed recorría mi garganta...
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